Jet-lag de Viaje

El Jet-lag es el término usado para los síntomas ocasionados por la alteración del “reloj corporal interno” y los ritmos que controla dicho reloj, aproximadamente, cada 24 horas. La alteración se produce cuando se cruzan múltiples zonas horarias, es decir, cuando se vuela de este a oeste, o de oeste a este. El Jet-lag puede causar indigestión y trastornos de la función intestinal, malestar general, somnolencia durante el día, dificultad para dormir de noche y reducción de las facultades físicas y mentales. Sus efectos a menudo se suman al cansancio ocasionado por el propio viaje. Los síntomas de Jet-lag desaparecen gradualmente a medida que el organismo se adapta a la nueva zona horaria. El Jet-lag no puede prevenirse, pero hay formas de reducir sus efectos: los viajeros que toman medicación siguiendo un horario estricto (ej. insulina, píldora anticonceptiva) deben consultar a su médico o a un centro de asistencia al viajero antes de viajar.

Recomendaciones para viajes:

  • Estar tan descansado como sea posible antes de la partida y aprovechar cualquier oportunidad para descansar durante los vuelos de media y larga distancia.
  • Tomar comidas ligeras y limitar el consumo de alcohol. El alcohol aumenta la producción de orina lo que provoca trastornos del sueño y aumenta la fatiga del viaje.
  • La cafeína debe limitarse a las cantidades normales y evitarse en las 4-6 horas anteriores al período de sueño previsto.
  • En el destino, intentar crear un ambiente propicio para el descanso y dormir la cantidad de tiempo más parecida posible a lo que se duerme normalmente durante las 24 horas posteriores a la llegada. Se cree necesario un bloque mínimo de 4 horas de sueño durante la noche local (conocido como “sueño de soporte”) para que el reloj corporal interno pueda adaptarse a la nueva zona horaria. Si es posible, conseguir el tiempo total de sueño realizando pequeñas siestas cuando se siente sueño durante el día. Durante estas siestas, pueden resultar de ayuda los antifaces y tapones para los oídos.
  • Una exposición oportuna a la luz diurna, preferentemente la luz del sol, en el destino, generalmente ayuda a adaptarse. Puede ser útil, al volar hacia el oeste, la exposición a la luz durante la tarde evitando la luz de mañana (mediante el uso de antifaces o gafas oscuras), siendo recomendable al volar hacia el este, evitar la luz vespertina y exponerse a la luz de la mañana.
  • Las pastillas para dormir de acción corta pueden ser de ayuda. Sólo deben usarse siguiendo recomendaciones médicas y no deben tomarse de forma habitual durante los vuelos ya que pueden incrementar la inmovilidad y, por lo tanto, el riesgo de desarrollar TVP.
  • La melatonina está disponible en algunos países. No se ha evaluado completamente el mejor momento para tomarse ni la dosificación más eficaz de la melatonina, y se desconocen sus efectos secundarios, especialmente usada a largo plazo. Por estas razones la melatonina no se debe recomendar.
  • Todas las personas no reaccionan de la misma manera, de modo que los que viajan con frecuencia deberán aprender las reacciones de su propio organismo y consultar a un profesional para adaptar sus particulares recomendaciones preventivas.

Dra. Norma Sanfeliz
Especialista en Salud Pública
MN: 63.946