
El verano es la época ideal para disfrutar del mar, ríos, lagos y lagunas. Las playas y costas son ideales para disfrutar de los deportes acuáticos. Sin embargo, la masificación de su practica en estos meses y el rápido aumento de los deportistas han hecho que en los últimos años aumenten de forma notable los accidentes graves en el agua. Insolaciones, picaduras, fracturas, lesiones de vértebras cervicales y ahogamientos son los más frecuentes.
La mayoría de estos accidentes son previsibles y evitables ya que en muchos casos se producen por falta de información, desconocimiento, imprevisión o imprudencia.
Lo primero que se debe considerar al momento de practicar cualquier deporte acuático es la preparación antes de salir. Chequear el pronóstico meteorológico resulta un dato clave, atendiendo a los cambios bruscos y rotaciones en el viento que podrían comprometer la seguridad de la actividad. A su vez, hay que asegurarse de contar con los elementos de seguridad obligatorios para el tipo de deporte.
Para el buceo es necesario considerar determinadas cuestiones:
- Contar con una embarcación de apoyo con timonel, demarcar la zona de buceo y tener la habilitación.
- No realizar inmersiones sin acompañantes y no supere la profundidad máxima establecida por su categoría.
- Planificar el buceo y dar aviso a las autoridades sobre su intención de realizar la inmersión, consultando sobre zonas aptas y/o peligrosas.
Para los kayakistas resulta relevante:
- Llevar siempre el chaleco salvavidas y demás cuestiones de seguridad.
- Verificar que el casco no presente vías de agua.
- Contar con remo adicional a bordo y cabo de rescate.
- Remar alejado de buques y, en caso de vuelco, nunca abandonar el kayak ya que siempre posee reserva de flotabilidad.
También hay recomendaciones para los fanáticos del sky acuático y cualquier actividad similar. En este caso deben hacerlo en lugares habilitados, a no menos de 100 metros de las costas. Así también, es importante que siempre se cuente con una persona extra a bordo mirando hacia atrás, de manera que se pueda controlar correctamente la normal ejecución de la actividad.