Existe una serie de trastornos que afectan la salud de las personas que visitan destinos ubicados a grandes alturas respecto del nivel del mar. Estos trastornos se conocen con el nombre de “enfermedad por altitud”.
¿Cómo prevenirla?
- Tomarse tiempo para el ascenso: “aclimatarse es fundamental”.
- Beber abundante líquido.
- Restringir las actividades en grandes altitudes, hasta que el cuerpo se haya adaptado.
- Dormir a una altitud que sea menor que la altitud en la que se estuvo durante el día. Por ejemplo, si esquiaste a una altitud de 3.048 metros durante el día, dormí la noche antes y la noche después a una elevación de 2.591 metros.
- Evitar el alcohol que aumenta el riesgo de deshidratación, y los sedantes que reducen el ritmo respiratorio.
- Normalmente todos los viajeros experimentan algún tipo de síntomas al llegar a más de 3.000 metros. Estos se disipan al rato, pero si los síntomas persisten es necesario el descenso inmediato y la consulta a un médico.