¿Te gusta nadar?

  • Te recomendamos nadar en zonas donde los Guardavidas están en servicio.
  • Es importante conocer acerca de las condiciones locales del agua, las corrientes y las reglas antes de entrar al agua. No te arrojes al agua en cursos de agua de los que no conozcas su profundidad y/o características como corrientes, temperaturas, animales peligrosos, tipo de suelo, etc. Sin conocer el fondo del mar o río, podrías sumergirte y quedar enganchado con redes, por ej., y tener dificultad para volver a la superficie.
  • No es recomendable que nades solo o en aguas desconocidas.
  • Fijate siempre las señales y advertencias, y tené en cuenta que las advertencias no siempre están presentes. Si no lo están, hay que extremar las precauciones.
  • Es recomendable supervisar a los niños muy de cerca en torno al agua, sobre todos los niños menores, aunque la profundidad del agua sea poca. Y cuidar qué tipo de juguetes están llevando al agua, hay flotadores que pueden arrastrarlos. Siempre estar CERCA DE LOS NIÑOS.
  • Aprendé el significado de las banderas y alertas, y obedecé las advertencias representadas por las mismas en la playa apenas llegues. Estas pueden variar de una playa a otra.
  • No realices actividades acuáticas si tienes heridas  o abrasiones que no estén cicatrizadas por completo. Las rupturas en la piel pueden ser puntos de ingreso de gérmenes nocivos en su cuerpo.
  • Cuando sepas de la existencia de microbios daniños para la salud en el agua, evitá sumergirte en ellas. Hay infecciones que se producen por microbios que pueden penetrar la piel, sin necesidad de tener una herida abierta o ingerir el agua.
  • Si pensás que estuviste expuesto a una infección por el agua, comunícate con tu asistencia al viajero y buscá atención médica para prevenir “males mayores”.
  • En la medida de lo posible, no tragues el agua de ríos, arroyos, lagunas o cursos naturales. Nunca se sabe qué se arroja a las aguas en su trayecto.
  • Ingresá al agua por períodos cortos. Así evitarás calambres y contracturas.
  • Finalmente: si sabés nadar, igual manejate con precauciones. Cuando dominamos una disciplina, tendemos a confiarnos y tomar menos medidas de prevención.  
  • Si estás en la playa y comienza a llover, fíjate que el agua puede crecer y si estás adentro no poder volver. Asimismo, si hay tormentas eléctricas, no te quedes en la playa. Podría haber rayos que sean atraídos por algún objeto metálico cercano.

Dra. Norma Sanfeliz
Especialista en Salud Pública
MN: 63.946