Turquía: un viaje fuera de este Mundo

Cuando decimos que Turquía se encuentra en Oriente Medio no lo decimos de manera figurada. Este asombroso país se encuentra legalmente entre medio de dos continentes, Europa y Asia. Tal es así que una de sus ciudades, Estambul, se encuentra dividida en dos por el Bósforo, estrecho de color turquesa que une el mar de Mármara con el mar Negro y separa físicamente ambos continentes.

Turquía es un destino especial para aquellos turistas que les gusta vivir experiencias intensas, pero sobre todo para aquellos que son apasionados de la historia y la ciencia ficción. Si, dijimos ciencia ficción. Resulta que este destino no solo formó parte de las primeras civilizaciones sino que además posee alguno de los paisajes más surrealistas del mundo.

Aquí se encuentran algunos de los hitos históricos más fascinantes que hoy se han convertido en patrimonio de la humanidad. Pero antes, entendamos de que hablamos cuando hablamos de viajar a través de la historia. Todo comenzó durante el Neolítico con los primeros asentamientos humanos en el mundo, aquí tuvo lugar Troya que perduró hasta la edad de Hierro. Entre los siglos XVII y XII A.C los hititas ya habían logrado construir el primer gran imperio en la región, seguidos por los frigios y los sumerios. Faltando solo 1200 años para el nacimiento de Cristo, Antolia, la actual región turca fue poblada y disputada por los griegos, el Imperio Persa y Alejandro Magno. Recién en el 300 D.C se transformó en la nueva capital del Imperio Romano. Pero esto no terminó allí, ya que el Imperio Otomano reinó en la zona desde 1299 hasta 1922, cuando participó de la primera guerra mundial junto al Bloque y perdió la soberanía frente a los Aliados, quienes impulsaron la creación del movimiento independentista que dió origen a la República que conocemos hoy.

Un Viaje en el Tiempo.

Si tu sueño es compartir un viaje con Martin Mac Fly  entonces Turquía es el destino ideal. Nos abrochamos los cinturones y arrancamos el De Lorean hacia Estambul. A solo unas pocas calles entre sí y bordeando el gran Bósforo se encuentran las principales atracciones turísticas de la ciudad. Empezamos por el Gran Bazar que nos servirá de túnel  hacia otra época poniendo a prueba todos nuestros sentidos. Cubierto de piso a techo con productos artesanales y vendedores excesivamente amistosos nos deja perdernos entre los exóticos aromas de sus especias. Luego visitamos la Cisterna Basílica, un depósito de agua construido durante el Imperio Romano repleto de columnas de mármol y peces que parecieran estar allí desde siempre. Haciendo unas pocas cuadras entramos a la Mezquita Azul la cual esta revestida con más de 20.000 azulejos de cerámica hechos a mano. Justo en frente, cruzando los jardines imperiales se encuentra Santa Sofía. Hoy en día funciona como museo pero este monumental templo funcionó primero cómo catedral ortodoxa bizantina, después como una catedral católica para ser luego transformada en una mezquita. A pocos metros a pie subiendo una colina se encuentra la entrada al Palacio de Topkapi. Construido en 1465 es uno de los más grandes exponentes de la arquitectura seglar turca con una superficie total de 700.000 m². Se compone por un entramado complejo de edificios decorados de manera intensa por dentro y por fuera, unidos entre sí por jardines dignos del haren de un sultán.

Alunizaje en la superficie de Turquía

Al igual que en la fantasía, la superficie de Turquía nos permite explorar características que solo hubiéramos imaginado posibles en los planetas Tatooine o Naboo. ¿No nos creen? Solo hace falta ver imágenes de alguna de las atracciones turísticas más famosas para empezar a preparar el despegue. Un amanecer en el Parque Nacional Göreme donde el cielo se tiñe de colores violetas, rosados y grises. O las curiosas formaciones rocosas del valle Güllü Dere que parecen haber sido cortadas a cuchillo. O una de Pamukkale conocido como el “Castillo de Algodón” turco por sus extensas formaciones de bicarbonatos y calcio que contienen grandes cantidades de agua.