Si el destino es la montaña, es necesario tener en cuenta la posibilidad de que la altura afecte a los niños, ya que son más susceptibles que los adultos.
Los bebés pueden mostrar síntomas inespecíficos como falta de apetito, llanto fácil, irritabilidad, cambios en el ritmo de sueño o menor actividad que la habitual. Si los niños son mayores, pueden tener mareos, dolor de cabeza o menor actividad por agotamiento o falta de aire.
Recomendaciones:
- Descansar y realizar actividades livianas los primeros días
- Tomar abundantes líquidos
- Evitar dormir a alturas superiores a 2700 mts el primer día de viaje.
Dra. Norma Sanfeliz
Especialista en Salud Pública
MN: 63.946