
La viruela símica es una enfermedad viral emergente. Su nombre se debe a que se descubrió por primera vez en monos. El primer caso humano fue detectado en 1970 en el continente africano y la enfermedad estuvo prácticamente confinada en esa región hasta la fecha.
Posterior a la erradicación de la viruela humana en el mundo en los años 80, la viruela símica se ha convertido en la única fuente de infección de este grupos de virus en el mundo.
El 23 de junio del 2022 la Organización mundial de la Salud (OMS) catalogó a esta enfermedad como una emergencia de salud pública, debido a que es la primera vez que se registra transmisión interhumana de alta magnitud fuera de los brotes aislados que se venían presentando de forma esporádica en África. La alerta es consecuencia de no encontrar vínculos de viajes a áreas de transmisión en las personas que presentan la enfermedad, o haber tenido contacto con animales de potencial riesgo de transmisión.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) en julio del corriente año, reportó que la mayoría de los casos confirmados fueron registrados en la Región de Europa; 15% en la Región de las Américas, 2% en la Región de África, <1% en la Región del Pacífico Occidental y en la Región del Mediterráneo Oriental.
En Argentina se registró el primer caso en el mes de mayo del 2022 en un viajero proveniente de España, donde se concluyó que fue el momento del contagio dada la circulación viral que se presentaba en dicho país. En la actualidad se reportaron alrededor de 70 casos, la gran mayoría con antecedente de viaje a países donde se encuentra una alta transmisión, pero en el último tiempo ya se sospecha que pueda existir circulación comunitaria, ya que varios casos recientes no tienen antecedentes de viajes.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas más frecuente son las lesiones en piel, como ampollas o granos. Pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo siendo más común en región ano-genital, cara, manos y pies. También se puede presentar con fiebre, inflamación de ganglios, decaimiento, sangrados ano-rectales, dolores musculares, y/o dolor de cabeza.
¿Cómo se transmite?
La enfermedad puede transmitirse por el contacto con personas infectadas desde el momento de inicio de los síntomas hasta que se realiza la curación completa de las lesiones en la piel.
Las vías principales de transmisión son:
- Contacto cercano directo con lesiones cutáneas o mucosas de una persona enferma, especialmente contacto estrecho sexual.
- Con objetos contaminados recientemente (ropa, sábanas, toallas, etc.)
- Secreciones de las vías respiratorias de corto alcance que requieren contacto cercano prolongado.
Es importante remarcar que la evidencia disponible no es categórica sobre la posibilidad de que el virus de la viruela símica se transmita por vía sexual y la consulta médica ante la sospecha de un caso tiene que ser independiente de la identidad sexual, género o autopercepción de cada persona.
Evolución
La mayoría de las personas que transiten la enfermedad van a cursarla con un cuadro leve que resuelve en el lapso de dos a tres semanas.
Un pequeño grupo más susceptible (niños, embarazadas, inmunocomprometidos, etc.) puede cursar con cuadros más graves, pero aún falta mucha información de la evolución de la enfermedad en estos grupos.
La mortalidad general de la enfermedad es muy baja hasta el momento y los pocos casos relacionados con fallecimientos se dieron en personas que presentaban concomitantemente cuadros avanzados de enfermedades del sistema inmune.
Tratamiento
No existe hasta el momento un tratamiento específico para la enfermedad. En la mayoría de los casos se realiza tratamiento sintomático de las lesiones y los síntomas hasta la resolución de los mismos.
Se encuentran en investigación múltiples medicamentos para tratar la infección pero hasta el momento no hay ningún tratamiento aprobado. Al mismo tiempo, se están realizando evaluaciones de la efectividad para esta enfermedad de la vacuna de la viruela humana que se dejó de aplicar en los años 70 en nuestro país a partir de la erradicación mundial de la enfermedad.
¿Cómo puedo cuidarme?
La principal medida de prevención es evitar el contacto piel a piel o a través de las mucosas (boca, ojos, ano-genital) con quienes tienen la infección o tienen síntomas compatibles aunque no tengan diagnóstico confirmado.
Por esto, ante la aparición de lesiones compatibles como granos, ampollas o ulceras en diferentes partes del cuerpo se debe realizar la pronta consulta médica y minimizar el contacto con otros personas hasta descartar el diagnostico. Se recomienda tomar la precaución de utilizar barbijo, y evitar contacto físico con otras personas hasta la consulta médica.
Para aquellos viajeros que transiten por los países de mayor transmisión de la enfermedad (EEUU, España y Brasil) se deberán extremar las medidas de cuidado y realizar una rápida consulta durante el viaje o a su regreso, en caso de comenzar con lesiones en piel.
Regina Gullo
Auditora internacional de Omint Assistance
Revisión: José Ignacio Carranza
Jefe emergencias nacional e internacional del grupo Omint